PUNTO 54

BALADA DE LA PLACETA (Libro de Poemas, 1921)

1919 


Cantan los niños

en la noche quieta;

¡arroyo claro,

fuente serena!


Los niños


¿Qué tiene tu divino

corazón en fiesta?


Yo


Un doblar de campanas

perdidas en la niebla.


Los niños


Ya nos dejas cantando

en la plazuela.

¡Arroyo claro,

fuente serena!


¿Qué tienes en tus manos

de primavera?


Yo


Una rosa de sangre

y una azucena.


Los niños


Mójalas en el agua

de la canción añeja.

¡Arroyo claro,

fuente serena!


¿Qué sientes en tu boca

roja y sedienta?


Yo


El sabor de los huesos

de mi gran calavera.


Los niños


Bebe el agua tranquila

de la canción añeja.

¡Arroyo claro,

fuente serena!


¿Por qué te vas tan lejos

de la plazuela?


Yo


¡Voy en busca de magos

y de princesas!

Los niños


¿Quién te enseñó el camino

de los poetas?


Yo


La fuente y el arroyo

de la canción añeja.


Los niños


¿Te vas lejos, muy lejos

del mar y de la tierra?


Yo


Se ha llenado de luces

mi corazón de seda,

de campanas perdidas,

de lirios y de abejas,

y yo me iré muy lejos,

más allá de esas sierras,

más allá de los mares,

cerca de las estrellas,

para pedirle a Cristo

Señor que me devuelva

mi alma antigua de niño,

madura de leyendas,

con el gorro de plumas

y el sable de madera.


Los niños


Ya nos dejas cantando

en la plazuela,

¡arroyo claro,

fuente serena!


Las pupilas enormes

de las frondas resecas

heridas por el viento,

lloran las hojas muertas.